domingo, 15 de agosto de 2010

Río Bravo



Un Dean Martin desaliñado entra en un saloon tambaleante y tembloroso. Su mirada es la de un borracho. Un tipo sonriente en la barra le hace un gesto. El tipo enseña una moneda y la tira en una escupidera. Después de dudar un momento, Dean se agacha a recogerla. En ese momento, alguien da una enorme patada a la escupidera mandándola bien lejos. Es John Wayne. Y así comienza Río Bravo.

Río Bravo es la historia de unos hombres empeñados en defender la ley aun a riesgo de sus vidas. Unos hombres encabezados por del sheriff  John T. Chance (John Wayne) que serán acorralados por los hombres del rico terrateniente Nathan Burdette (John Rusell), cuando el sheriff mete en la cárcel al hermano de éste tras haber asesinado a un hombre desarmado. Ante la manifiesta superioridad de los hombres de Burdette, deciden aguantar el asedio hasta que se produzca la llegada del juez, que tardará al menos seis días. Y aguantarán firmes, como una familia.

A diferencia de Sólo ante el peligro aquí todos tratarán de ayudar al sheriff y será éste quien rechace tales ofrecimientos. Sólo aceptará la ayuda de aquellos en los que tiene plena confianza. El grupo no puede ser más variopinto: su alcohólico ayudante Dude (Dean Martin), el viejo tullido de Stumpy (Walter Brennan), el joven Colorado Ryan (Ricky Nelson) y Feathers, la viuda de un jugador (Angie Dickinson). Cada uno de ellos tiene su propia historia.

John Wayne está sobrio en su papel de marshall, como hombre que no huye de sus responsabilidades y que no quiere poner en peligro la vida de los demás. Un tipo que no se atreve a comprometerse con una mujer porque no quiere dejar una viuda e hijos huérfanos. En cuanto a Dean Martin, es el auténtico alma de la película. Y es que quizás su historia sea la más interesante. Su interpretación de gran tirador en horas bajas y alcoholizado al que ya nadie respeta es soberbia y la química con Wayne, estraordinaria. Destaca también, como no, el gran Walter Brennan, en su rol de anciano que quiere demostrar que sigue siendo útil. Ricky Nelson es quizás lo más flojo de la película, aunque no desentona demasiado en el conjunto y Angie Dickinson se muestra muy convincente. Tampoco podía faltar el ya imprescindible secundario Ward Bond, en un papel algo pequeño ésta vez.

Howard Hawks merece un capítulo aparte. Uno de los mejores directores que ha dado Hollywood, dirigiendo obras maestras prácticamente en todos los géneros y que sin duda nos ha legado dos o tres de los mejores westerns de todos los tiempos. Río Bravo sería su segunda incursión en el género del western y la mejor sin duda de todas ellas. Antes había dirigido ya Río Rojo y completaría la conocida como trilogía del río, con Río Lobo, su último western. Antes, todavía tuvo tiempo para autoplagiarse con el gran film El Dorado. 

Por último, sería delito pasar por alto la excelente banda sonora a cargo de Dimitri Tiomkin, uno de los grandes compositores que ha dado el cine clásico norteamericano y en particular el western. Y sería condenable también no mencionar la escena musical de Dean Martin cantando junto a Ricky Nelson. Una escena de esas que archivan tus pupilas como uno de los grandes momentos del séptimo arte.

Resumiendo, cuando hablamos de Río Bravo hay que resaltarlo como uno de los mejores exponentes del género. Una absoluta y rotunda obra maestra en la que encontramos muchos de los elementos del llamado western clásico. Una película en la que como dice el personaje de Wayne oleremos todos a pólvora antes de que todo esto acabe. Una obra hecha con corazón y espíritu. Cine con mayúsculas.

Ficha en imbd

Crítica en FilmAffinity

viernes, 6 de agosto de 2010

Cruzando el Missouri


El amigo Clint Eastwood en la película El fuera de la ley (Outlaw Josey Wales, 1976) en una escena fiel a su personaje de tipo duro.

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